domingo, 11 de noviembre de 2012


La vuelta a la tortilla

En esta entrada, a pesar de la imagen, mi intención no es explicar un taller de cocina. Igual para más adelante sí que planteo alguno.

El objetivo de esta actividad es que los chavales con los que trabajamos se metan en la piel de los monitores, que entiendan lo que es organizar una actividad, llevarla a cabo, evaluar; la dificilutad que tiene en su desarrollo el hecho de que algunos estén quejándose, de no disponer del material, etc.

Para ello, se explicará que en la próxima sesión no van a ser los monitores, sino un grupo de chicos (se puede elegir 3 o 4, en función de cuántos sean), los que van a organizar y dirigir la actividad. 

Como se ha señalado, es muy importante la planificación para un adecuado desarrollo de la actividad, por lo que se les debe indicar que en primer lugar tienen que juntarse ellos a decidír qué y cómo lo harán.

En el desarrollo de la actividad, los monitores estarán participando como un chaval más en la actividad, siguiendo las instrucciones que se den.

Al final de la actividad, nos juntaremos todos, y se planteará:

- ¿cómo os habéis sentido los que habéis coordinado la actividad?
- ¿cómo les habéis visto el resto?
- ¿habéis tenido dificultad a la hora de programar? ¿Y durante el desarrollo?



3 comentarios:

  1. Hola Dani:
    Por ejemplo, ¿para qué tipo de actividades ves más recomendable el cambio de roles?
    ¡Saludos!

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  2. Hola Raquel!! yo cuando he realizado esta actividad en campamentos he dejado total libertad al grupo de chavales para que organicen lo que ellos quieran, bien sea una gymkana, un juego de movimiento, un taller...

    En resumen, dejarles absoluta libertad para que sean ellos los que decidan, sin delimitarles por nuestra parte el ámbito de actuación.

    Espero haberte ayudado. un saludo!!

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  3. Ah, pues está bien porque van viendo la parte de la responsabilidad también que tienen las cosas.
    Saludos!

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